jueves, 17 de enero de 2008

SENTIR DESEO

deseo.

(Del lat. desidĭum).

1. m. Movimiento afectivo hacia algo que se apetece.

2. m. Acción y efecto de desear.

3. m. Objeto de deseo.

4. m. Impulso, excitación venérea.

arder en ~s de algo.

  1. loc. verb. Anhelarlo con vehemencia.

Esta es la definición que la RAE nos ofrece de la palabra deseo. Como todas las definiciones precisa pero fría.Y es que hay experiencias, sentimientos que no se pueden encerrar, que reclaman ser vividas y experimentadas por cada uno para que lleguemos a entender lo que en realidad significan. Hay realidades que más ser entendidas reclaman ser asumidas. Y el deseo es una de ellas. Que difícil resulta explicar lo que es sentir deseo, que difícil resulta explicar por qué deseamos, lo que deseamos. Que difícil resulta hablar de algo que te absorbe y te obsesiona. Qué difícil es intentar comprender lo que no deja de ser algo inexplicable. Para mí el deseo tiene muchas formas, y aunque hay constantes, cada día, cada hora, casi casi cada minuto adquiere formas nuevas dependiendo de la situación y la circunstancia. Principalmente mi deseo tiene forma de cuerpo masculino, rostro de hombre, músculos, miradas, piel tersa y bronceada, profesiones, actitudes, gestos, poses, insinuaciones, complementos, son algunos de los matices que lo intensifican. Este es quizá el deseo más fuerte que siento, deseo que me activa y paraliza, deseo que me nutre y me desgasta, deseo que me pacífica y me perturba, deseo que me ensueña y me quita el sueño, deseo que mata y me resucita.... Siempre presente, siempre insistente, en la calle, en el trabajo, en los trenes y aviones, en los estadios y teatros, en la red, en la tele, en los bares y museos, siempre presente protector y amenazante.

Pero el deseo tiene también, sabor a chocolate, olor a mar, sonido de ópera de Puccini, rima como un poema de Bécquer, Machado o Wiltman, tacto de beso de amigo lejano, palabras de cariño y amistad, ímpetu de compromiso....


Y hasta en algunos casos el deseo no tiene forma, ni sabor, ni color, ni tacto, ni sonido y entonces me refugio en la soledad y escribo.


1 comentario:

kata dijo...

El deseo es todo aquello lo que dices y tienes toda la razón. Soy mujer y mis deseos puede que sean destintos de los tuyos, tanto por un hombre, como por una mujer: la carne, la piel, su textura, el aroma, el suave rozo del vello, la repsiración, el latido de los corazones...el deseo es la vida mimsa, sin deseo no vivimos. El deseo es una droga, a la que nos enganchamos, y una vez la obtenemos, queremos más y más...
Me encantan tus comentarios, he leido todos tus escritos, y me encantan tus fotografias. Un beso