jueves, 25 de septiembre de 2008

AL QUE TIENE SE LE DARÁ, Y AL QUE NO TIENE SE LE QUITARÁ HASTA LO QUE TIENE.

Nunca he logrado entender el porqué de algunas cosas. Nunca he logrado entender porque si un famoso y riquísimo futbolista o artista va a un restaurante es invitado, mientras que si un mendigo se acerca a la puerta del mismo restaurantes es también invitado pero a irse en este caso. No sé si no puedo o no quiero entender porque se le da gratis algo a alguien que no lo necesita y que lo puede pagar mil veces y no sé le da nada al que no puede y lo necesita. Me cuesta entenderlo, me resisto a comprenderlo.

Con la tan manida crisis económica actual pasa lo mismo. Al que tiene o ha tenido hasta derrochar, hasta malgastar, hasta especular ahora se le da, aunque para justificar tal acción haya que hacer tremendas piruetas argumentativas, yendo incluso en contra de los principios doctrinales más arraigados. Y al que no tiene porque nunca tuvo, porque siempre se le expolió, se le explotó, se le robó no se le dé, ni ahora ni nunca, escudándose para tal falta de solidaridad y de humanidad en los mismos principios económicos que ahora se aducen para ir al rescate de los grandes tiburones financieros.

Los mismos argumentos que justifican no condonar la deuda a los países pobres, sirven ahora para justificar la condonación de la de los grandes imperios financieros. No entiendo nada de macroeconomía, pero si esto es posible, no quiero saber nada. Mientras la crisis en los países desarrollados hará que alguien, los de siempre, dejen de ganar algo, en los países de la deuda hará que en lugar de 1000 muera 2000 y una ciencia que explique o justifique eso, sencillamente no me interesa.

lunes, 22 de septiembre de 2008

SOBRAN LAS CONDENAS, QUIEN NO CONDENA YA SE HA CONDENADO

Sobran las palabras de condena, quien no condene esta barbarie no es digo de llamarse perdona.

Sobran las palabras de condena, quien no condena la nuerte injustificada, la desctrucción, el horror, además de ilegal, es inmoral e inhumano.

Sobran las palabras de condena, quien no condena el terrorismo y la violencia es víctima de sus propios errores, víctima del odio irracional, víctima del rencor, víctima de una ideología oprimente y opresora.

Sobran las palabras de condena, quien no condena el cruel, cobarde asesinato de Luis Conde ha perdido toda la dignidad que el ser humano tiene.

Solidaridad con la víctima y su familia.

Solidaridad con las personas a los que los terroristas y sus secueces impiden vivir en libertad.

Solidaridad con una sociedad lacrada por esta gentuza que matan en nombre de la libertad.

Toca otra vez aprentar los puños y dientes.

Toca otra vez sentir el cosquilleo en el estómago y sentir la humedad en los ojos.

Toca otra vez mirar al cielo y preguntar ¿por qué?

Toca otra vez afirmar decididos que la victoria final será nuestra, porque somos más y, por supuesto, somos infinitamente mejores.

domingo, 21 de septiembre de 2008

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Vs EDUCACIÓN PARA LA FELIGRESÍA.

Con el inicio del curso escolar arrecian los ataques injustificados a “Educación para la ciudadanía” (Education fot citizenship, en la trilingüe Valencian Comunity del genial visionario “Spring of Blackberry”). Il capo, perdón, el cardenal Rouco con su inimitable y chulesco estilo remitía a los colegios religiosos de la Comunidad de Madrid una inaceptable circular en la que instaba a los titulares de los centros a recordar a las familias que la polémica asignatura es incompatible con la fe católica. De todas las barbaridades que se han dicho de “Educación para la ciudadanía” esta es una de esas que es al mismo tiempo verdadera y falsa.

Desde luego que “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” es incompatible con la fe católica que representan los insignes Cardenales españoles. Es totalmente incompatible, con su visión piramidal de la sociedad y de la iglesia, con su inmovilismo retrógrado, con su esclavizante legalismo, con su moral en la que la libertad personal no cuenta para nada. Con esa fe católica “Educación para la Ciudadanía” es del todo incompatible. Ya que mientras la asignatura en cuestión trata de fomentar “ciudadanos”, la fe de Rouco y secuaces persigue crear “feligreses” adocenados y adoctrinados que se plieguen a los dictámenes morales de la impuesta jerarquía eclesiástica. Y es que “Ciudadano” no es lo mismo que “Feligrés” y “guiar” a un feligrés requiere mucho menos esfuerzo y es mucho más fácil que orientar a un ciudadano. Es lógico que los hijos de Torquemada no quieran que se imparta en las escuelas una materia que lleva por apellido “Derechos Humanos”, cuando a lo largo de tantos y tantos siglos desde la jerarquía católica se han estado simplemente obviando. Es lógico que el inhumano Rouco y el divino Cañizares se opongan a que los jóvenes reflexionen sobre ese mínimo moral común que son los “Derechos Humanos”, no sea que queden con el culo al aire.

Otra de las argumentaciones con las que los “Monseñores” atacan a la asignatura es porque a su juicio trata de imponer una moral de estado. Nada más lejos de la realidad, trata de asentar los “Derechos Humanos” como mínimo moral irrenunciable, de alguna manera objetar a la asignatura es objetar también a los derechos humanos. En realidad eso de imponer una moral de estado, no se lo creen ni ellos, lo que verdaderamente sienten es que cada vez, y gracias a Dios, les es más difícil imponer su moral al estado, y perder ese privilegio después de tantos años, es algo difícil de encajar.

Desde luego con esa fe católica, aunque profundamente antievangélica, la “Educación para la Ciudadanía” es incompatible.

Pero afortunadamente, y a pesar de los purpurados, existe otra fe católica, la del compromiso con los más pobres, la de la lucha por la justicia, la de la promoción de la igualdad, la fe de la frontera con la que “Educación para la ciudadanía” no sólo no es incompatible, sino que supone una gran oportunidad para transmitir los valores evangélicos más profundos.

Ser cristiano, ser católico es por mucho que les pese a los epíscopos, algo más que ser feligrés y supone, por supuesto, ser un buen ciudadano.


lunes, 8 de septiembre de 2008

LLEGÓ SEPTIEMBRE: rutina again

Llegó septiembro y poco a poco el verano se está yendo. Rehicimos el equipaje con nuevas propiedades, otras las perdimos, las extraviamos o simplemente las olvidamos.

Llegó septiembre y con él la rutina de los horarios y los quehaceres diarios. El despertador que suena, la ducha que se abre, el desayuno rápido, la agenda revisada, el cigarro de media mañana, el... y así cada día.
Llegó septiembre y con él las monótonas jornadas, comprobar el correo, atender lo urgente, desatender lo importante.

Llegó septiembre, las miradas furtivas al reloj, el mil veces repetido “joder llego tarde”, el claxon insistente en el semáforo, el empujón en la calle, el café rápido, la comida recalentada en el microhondas, los días pares carne, los impares pescado, todos verdura.

Llegó septiembre y con él la rutina y los ritos, los éxitos laborales y los artazgos profesionales, las necesarias charlas con los amigos y los ineludibles y pesados compromisos sociales.

Llegó septiembre y con él el recurso a cientos de aparatos que nos hacen dependientes, los inútiles funcionan, mientras que los necesarios empiezan a fallar.

Llegó septiembre y junto a los mil y un fascículos coleccionables llegan los perennes proyectos.

Llegó septiembre y con él la rutina que en el día a día detestamos, pero que quizá en el estío añoramos.

La rutina amada u odiada, disfrutada o sufrida, lenta o rápida, apasionante o aburrida, pero en cualquier caso ineludible.

La mayoría de mortales necesitamos de ella para sobrevivir, quizá por eso en ocasiones la odiemos, la maldigamos.

Rutina que ahora con septiembre se hace más evidente, más necesaria y ,como no, más rechazada.

Puesto que lo queramos, o no, la rutina ya está aquí, esperamos, deseamos que la de este año sea mejor que la rutina pasada.