jueves, 22 de mayo de 2008

LOS OTROS MONSTRUOS

Hace unos días conmocionaba el descubrimiento de la aterradora historia protagonizada por Josef Fritzl. Los expertos se empeñaban en buscar una explicación a los delitos de Josef Fritzl se realizaron multitud de posibles perfiles psicológicos y por supuesto nadie dudo en calificar a semejante sujeto de monstruo y de monstruosidades las atrocidades cometidas con su familia.

Pero los monstruos y las monstruosidades no son patrimonio de Amstetten ni de Austria. Hace unas horas eran detenidos en Burdeos otros monstruos que se han ganado con méritos propios dicho título:
Monstruos que en nombre de la libertad matan, secuestran, extorsionan.
Monstruos que quieren imponer un pensamiento único, un modelo de sociedad basado en la imposición a la fuerza.
Monstruos que calculan y planean con la más de las espantosas frialdades sus crímenes.
Monstruos que en nombre de una idea, destrozan familias, rompen prometedores futuros y causan en el pueblo al que dicen representar y defender el desasosiego, la intranquilidad.
Monstruos que hacen del miedo y del terror su bandera.
Monstruos a los que nos les importa señalar a la próxima víctima.
Monstruos que se creen con derecho a decidir quien sí y quien no debe vivir.
Monstruos que han desterrado de su tierra a miles de personas.
Monstruos que cargan sobre sus espaldas casi mil muertos.
Monstruos que celebran con cava y con aplausos la muerte de personas inocentes.

Hace unos días todos condenaban sin paliativos las atrocidades del monstruo de Amstetten.
Hoy sin embargo vemos como hay quien defiende a los monstruos de Burdeos, quien los vitorea casi como a héroes. Y si los actos de Thierry y compañía no admiten otro calificativo que el de monstruosidades, monstruosidad comete también quien los apoya, quien los defiende y justifica, quien los aclama y vitorea.

Cada victoria sobre el terror, cada detección aumentan nuestra esperanza, pero hay reacciones ante las mismas que hacen dudar profundamente de la bondad y la cordura del genero humano.


domingo, 18 de mayo de 2008

CASO THELMA ORTIZ: ganaron los malos

Estamos acostumbrados a ver películas en las que los buenos ganan y los malos pierden, pero desgraciadamente la realidad se empeña, día a día, en demostrarnos lo contrario. Y lo que en el cine suele acabar con el triunfo del bien sobre el mal, en la vida real suele acabar de la forma contraria. Uno de los últimos casos en el que los malos pueden, sin ningún tipo de pudor pues no lo conocen, ni mucho menos de autocrítica ya que es incompatible con su estilo, exhibir su éxito es el de Thelma Ortiz. Esa persona, mujer y ciudadana a la que por el simple hecho de ser hermana de la Princesa de Asturias los ganadores inmorales del caso, no sólo han acosado, sino incluso han insultado, vapuleado, juzgado....
Han ganado los malos, los que acosan, los que insultan, los que inventan noticias, los que hunden o ensalzan a personajes populares sin más criterio que su propio capricho o su interés por aumentar la audiencia.
Han ganado los malos, los que gritan, los que juzgan la intimidad de los demás, los que desde un falso corporativismo defienden lo indefendible.
Han ganado los malos, los que hacen de la desgracia de los demás un espectáculo, los que hacen montajes con las cosas más sagradas que hay. Los que utilizan enfermos para subir audiencia.
Y además lo han hecho haciendo bandera de su libertad de expresión y de nuestro derecho a la información.
Escuchar en boca de ciertos personajes expresiones como libertad de expresión y derecho a la información es más que vomitivo, ridículo.
La libertad de expresión, el derecho a la información son derechos por los que se ha pagado un alto precio histórico y que ahora prostituyen y denigran. Y esto es malo, no sólo para Thelma Ortiz y el resto de potenciales víctimas de los vampiros sino para la ciudadanía en general.
A raíz de esta noticia, Thelma seguirá acosada, muchas personas indefensas, y nosotros peor informados.
Aunque me niego a admitirlo al final será verdad eso de que tenemos la televisión que nos merecemos.

Lo que ellos llaman periodismo, en realidad no es más que pura y auténtica BASURA.







lunes, 5 de mayo de 2008

CELEBRACIONES ¿POR QUÉ? ¿PARA QUÉ?

Ayer por la noche estaba leyendo tranquilamente cuando un estallido de bocinas de coches y petardos me sobresaltó, interrumpiendo mi apacible lectura. El tumulto proveniente de la plaza a la que da mi domicilio me hizo mirar por la ventana y comprobar por mí mismo a que se debía el jaleo. Decenas de coches daban vueltas a las rotondas que limitan la plaza, ondeaban banderas y los ocupantes de los vehículos parecían exultantes. Sin duda se trataba de una celebración, un esperada y deseada celebración. Pensé cuál podría ser el motivo de tan desaforada alegría.

Quizá haya bajado, por fin, el precio del petróleo.
O tal vez hayan sido los alimentos.
Pudiera ser que los bancos hubieran decidido de forma unilateral condonar la hipoteca.
Se trataba, en cualquier caso, que afectaba profundamente a la vida de las personas que en ese momento manifestaban su felicidad casi plena.

Como tengo algo de soñador seguí pensando.

¿ Se habrán acabado todas las tiranías del mundo?
¿ Cuál de los ocho objetivos del milenio se habrá alcanzado?
¿ La cura definitiva del cáncer ha sido por fin descubierta?

Fue en ese momento cuando oí jubilosos cantos que decían: ¡Campeones! ¡Campeones! Oeoeoeo

Se trataba de una victoria. Pero... que raro por estas fechas no se conceden ni los nobeles, ni los príncipes de Asturias, ni nada de eso.

¿Quién habrá ganado? ¿Qué habrá ganado? Debe de tratarse de alguien o algo que transformará la vida de todos los ciudadanos expresan sus vítores.

Descubrí en ese momento en una de la muchas banderas que se blandían en el escudo del Real Madrid. Y entonces comprendí que además de soñador soy gilipollas. Joder el Madrid ha ganado la liga y yo ni me he enterado.

Semejante celebración me pareció exagerada. No alcanzaba porque a casi 600 kilómetros de la capital, la victoria de uno de sus equipos provocaba semejante algarabía. Se trataba de una verdadera alegría para los hinchas del equipo, pero de ahí a celebrar el título como si la vida fuera en ellos hay una gran diferencia. Conecté la radio y comprobé como una escena parecida a la de mi pequeña localidad se estaba produciendo en pueblos y ciudades de todos los puntos cardinales.

Pensé, que alegría, que felicidad, que exultación, pero mañana todos ellos volverán a la misma vida de siempre. Volverán a pagar a precios desorbitados el combustible corporal y motor. Volverán a invertir casi la mitad de su sueldo en hipotecas escandalosas. Los tiranos al igual que el cáncer y otras enfermedades continuarán haciendo de las suyas. Los objetivos del milenio estarán tan lejos o más que hoy.

Y fue sólo entonces cuando paradójicamente, comprendí lo que estaba viendo.

viernes, 2 de mayo de 2008

HAMBRE: Y luego dicen que la globalización es buena.

Año 2008, de nuevo el hambre amenaza letalmente a los que nunca ha dejado de acosar.
Año 2008, revueltas en algunos de los países más pobres del planeta. No piden más libertad, no piden más bienestar, piden alimentos porque tienen hambre.
Año 2008 los precios de los alimentos suben y con esa alza se van las esperanzas de millones de personas.
Al empezar el nuevo siglo, la ONU se planteó 8 objetivos para el nuevo milenio, objetivos que nos hicieron soñar, que aumentaron la esperanza, que nos hicieron creer con más fuerza, si cabe, que otro mundo es posible.
Siete años más tarde la amenaza del hambre nos hace sentir que otro mundo, más que posible, es necesario, urgente.
En pleno siglo XXI miles de personas pasan hambre, sufren hambre, mueren de hambre.
En pleno auge de las técnica, de la ciencia, de las comunicaciones millones de personas carecen de lo más básico para vivir, sobreviven o sobremueren, malviven o malmueren.
En pleno siglo XXI los mismos jinetes del apocalipsis cabalgan de nuevo sobre la humanidad, de nuevo los más débiles, los más pobres son las principales víctimas.
Defienden algunos que la economía se debe regir así misma, que la ley del mercado es buena, que el liberalismo es la mejor solución para los problemas económicos.
Defienden algunos una economía global en la que todos salgamos ganando, en la que las grandes empresas multinacionales generan riqueza allá donde se instalan, allá por donde pasan o arrasan.
Pero esa economía mercantilista nos ha llevado al hambre de la mayor parte de la humanidad.
Pero las leyes económicas son las que más condenas a muerte sentencian.
Pero el liberalismo ha servido sólo a los menos.
Pero la economía global ha sembrado el mundo de países endeudados hasta la muerte, de países secuestrados por las grandes empresas y los grandes bancos, que sin piedad alguna exprimirán todos sus recursos aniquilando cualquier esperanza.
Este año morirán de hambre más personas que el año pasado, y luego dicen que la globalización es buena.