Recuerdo palabras, sabores, olores, sonidos, pero como si me hubieran sido ajenos a mi propia experiencia.
Y entre todos los recuerdos, muchas personas, amigos y amigas, más que amigos, conocidos y conocidas, amores platónicos, compañeros y compañeras, gente que fue importante en mi vida, gente que no. De la mayoría de ellos no he vuelto a saber nada, ni donde están, ni como, ni con quien.
He vivido en muchos lugares, he conocido a mucha gente, he tenido muchas experiencias. Algunas de estas personas fueron muy importantes en mi vida, me comprendieron, me enamoraron, me hicieron ser mejor, me ayudaron, me soportaron, me hicieron sentir, llorar, reír, crecer. Con algunas de ellas cree un vínculo especial, las palabras sobraban, sólo con la mirada, con la presencia era suficiente. Pero cuando la presencia fue imposible por la distancia, ese hermoso vínculo se perdió, o mejor dicho lo dejé perder. Y ahora me arrepiento
Hoy pienso mucho en ellos, en lo que pudo ser y no fue. Personas a las que amé y quizá me amaron, personas a las que dejé marchar, sin medir las consecuencias y hoy no sé nada de ellas. Amigos, amigas, enamorados, compañeros que lo fueron, que lo podrían seguir siendo pero que quedaron atrás, a los que dejé marchar sin más.
Y con estos recuerdos agridulces la amenazante sensación de los que están, por venir, si viene alguien, no serán mejores de los que quedaron atrás.