LOS SENTIDOS EN OTOÑO

No tengo estación del año favorita. Creo que cada una tiene lo suyo, creo que las cuatro tienen cosas hermosas, cosas positivas. Me gusta disfrutar de cada estación, disfrutar de la luz y el calor del verano, disfrutar de la explosión de vida primaveral, disfrutar del frío viento de invierno y de la escarcha matinal.

Y ahora que estamos en Otoño, me gusta saborear sus colores, observar sus sonidos, tocar las emociones que evoca. Los cálidos colores del otoño invaden los bosques y los montes, los jardines, los campos y los parques, incluso la ciudad se ve de diferente color en octubre y en noviembre.

Los colores del Otoño cambian cada día, desde el marrón intenso, hasta el vivo amrillo, pasando por el rojo intenso o el verde decadente. En Otoño, en especial en los bosques, cada día el paisaje es distinto por que los colores cambian y cada día es un nuevo espectáculo, similar al del día anterior.

Los sonidos del Otoño también son especiales, el viento otoñal suena diferente, sabe diferente, se siente diferente. El sonido del crujir de la hojas secas que alfombran lo suelos haciendo que los paseos se conviertan en experiencias casi místicas. El sonido de los pájaros que empiezan a emigrar, pájaros pasajeros que evocan a las personas que no estando están porque se sienten, se añoran.

El tacto del Otoño, es melancólico, pero esperanzador, el aire es frío, pero los rayos del sol lo suavizan, lo impregnan de cierta ternura y calidez. Sentarse en un banco del parque y sentir el sol y el viento otoñal es otra experiencia que no podemos dejar pasar. Todas estas sensaciones se pueden vivir, se pueden sentir paseando en Otoño por los járdines de Aranjuez con la persona amada, quizá fue así cuando el maestro Rodrigo creo una de las más bellos obras de la música universal.