miércoles, 14 de noviembre de 2007

SENTIRSE SOLO O LA SOLEDAD ACOMPAÑADA

¿QUÉ ES LA SOLEDAD? ¿un hecho? ¿una realidad? ¿un sentimiento? ¿una sensación? ¿un problema? ¿una solución? ¿algo necesario? ¿algo a evitar?
Habrá tantas repuestas como personas, la gocen, la sufran, la busquen, la huyan, la anhelen, la ...
Estoy solo, me siento solo, me veo solo, sufro solo, vivo solo, duermo solo,...
La soledad, en qualquier caso misterio, en cualquier caso inevitable, en cualquier caso íntima.
Por mi trabajo, por mi vida siempre estoy con gente, con mucha gente, siempre rodeado de personas, de compañeros, de clientes, de vecinos, de colegas, de amigos, pero no puedo dejar de sentirme solo.
Nadie lo diría, ni siquiera lo sospecharían, pero me siento solo.
Y esta soledad la intento disfrutar, aunque en ocasiones me agobia y se convierte en una especia de abismo interior que amenaza mi equilibrio vital.
Siempre acompañado, pero siempre solo. Siempre con gente, pero siempre en soledad.
Y aunque en ocasiones agradezco la soledad, dos momentos al día la soledad se convierte en un horrible fantasma que amenaza, que me escupe la verdad a la cara: el momento de acabar y el momento de empezar. Cuando me acuesto solo y cuando me levanto solo, la soledad se convierte en lágrimas y rabia, y en mis manos y en mi estomágo siento un cosquilleo amargo que se llama soledad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que sorpresa, es como si hubieses leído mis pensamientos esta mañana...