domingo, 5 de octubre de 2008

LOS DE LA INTUICIÓN: el poder de lo que no se ve.

Dicen que vale más una imagen que mil palabras, pero creo que un pensamiento, una intuición vale aún más que mil imágenes, es decir que un millón de palabras.

Dicen que en el mundo de hoy es necesario ver para creer, sin embargo opino que muchas veces es más poderoso lo que no perciben nuestros ojos y queda reservado para el poder de la imaginación. Poder que es ilimitado e infinito.

Lo que vemos es lo que hay, es aquello que normalmente no podemos cambiar porque ya existe. Lo que vemos en ocasiones nos decepciona, porque lo imaginamos de otra manera. Por eso siempre los libros nos parecen mejor que las películas. Porque somos nosotros los que ponemos el rostro y la voz a los protagonistas, los que, como el mejor de los directores artísticos, creamos en nuestra mente y si el libro es bueno, también en el corazón, los decorados y el vestuario, es nuestra imaginación la que crea, incluso la mejor banda sonora. La imaginación, la intuición son poderosas, porque nos hacen ver una realidad distinta, una realidad que llenamos de lo que más nos gusta, de lo que más nos llena, de lo que nos hace vibrar con más intensidad. Por eso lo que no se ve, lo que no se oye puede ser más fuerte que lo que vemos y oímos. Nada escapa a la atracción de la imaginación, porque imaginar es un ejercicio de adaptación y supervivencia, un acto de reafirmación personal. Es darle un tinte personal a una realidad en ocasiones completamente ajena.

Es mejor no contar todo, no enseñar todo, dejar siempre un espacio a la imaginación del espectador o del oyente.

Me he puesto filosófico cuando lo único que quiero en realidad es compartir unas fotos que sin enseñarlo todo me fascinan, me transportan y, también porque no decirlo, me ponen y mucho. Son el ejemplo tangible del poder de lo que no se ve, pero se intuye o se imagina.




















Bueno y ahora me voy a imaginar que alguno de ellos, y todo (el poder de la imaginación no tiene límies) me está, me están esperando.



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