domingo, 12 de octubre de 2008

HISPANOAMÉRICA O EL PARAÍSO PERDIDO

Día 12 de octubre, día de la Hispanidad. Los países de habla hispana celebramos todo aquello, que no es poco que tenemos en común. Cada continente, cada país, cada región o incluso cada ciudad o cada familia tiene su intríngulis, su peculiar manera de entender la vida, su particular forma de verse y entenderse en el mundo.

Pero quizá el “intríngulis” de lo que se ha venido en llamar iberoamérica es un intríngulis muy especial. Una relación de amor y odio entre lo miembros de esta comunidad, un no poder ir juntos, pero tampoco separados. Unas relaciones que se basan al mismo tiempo en la confrontación y en el apoyo. Conflictos territoriales seculares, competitividad económica, financiera e industrial, celos, envidias... son algunos de los aspectos más negativos de esta extraña relación. Cordialidad, empatía, identificación frente al resto del mundo, sentimientos comunes son los aspectos más positivos de la misma. Iberoamérica es una realidad compleja, una realidad que se ha hecho y se sigue haciendo a base de golpes de estado, más o menos encubiertos, más o menos sangrientos. Iberoamérica expoliada, ensangrentada por tiránicas y crueles dictaduras militares de ultraderecha, El Salvador, Guatemala, Chile, Argentina, Paraguay... han sido víctima de totalitarismos militaristas patrocinados por el vecino del norte, Pinochet, Videla, Lucas García..., hicieron de estas naciones su personal cortijo.

A pesar de que toda las naciones de latinoamérica nacieron del espíritu liberal, en el sentido político de la palabra, de Bolívar y compañía, las democracias se han abierto paso con gran dificultad. El resultado de las revoluciones liberales del 18 y el 19 han sido sangrientas dictaduras. En centroamérica los propios dictadores fueron los encargados de aniquilar a la población indígena, algo que ni los conquistadores españoles osaron hacer. Y cuando por fin se cree vislumbrar la luz de la democracia y la libertad el querido continente se llena de Chávez, Correas, Morales... iluminados y heraldos de lo que ellos llaman el socialismo del siglo XXI, pero que no dejan de ser tiranos. Por primera vez en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia alguien habla de los pobres y ellos, los pobres, los campesinos, los indígenas, los obreros dan gracias a Dios por los nuevos enviados, por los que ellos consideran sus salvadores, sin darse cuenta que son lo mismo que los de antes, pero en nombre precisamente de ellos, roban al pueblo en nombre del pueblo. Hacer bandera de la causa de los pobres para aprovecharse de ellos es posiblemente lo más repugnante que se puede hacer. Y el populismo tiñe sudamérica de tonos corruptos e inmovilistas, mientras las cuentas corrientes de algunos engordan y engordan más aún que su propio egoncentrismo.

Latinoamérica expoliada por unos y por los otros, manipulada, ensangretada por guerillas y paramilitares, utilizada por el tío Sam, explotada por petroleras, olvidada muchas veces de la "madre patria"....

La realidad iberoamericana es difícil de comprender y más difícil de entender. Al menos nos podemos consolar con los Lulas y Bachelets que hacen que no se pierda la esperanza de que algún día, iberoamérica ocupe el lugar que le correspende y sea socialmente el paraíso que naturalmente es.




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