domingo, 19 de octubre de 2008

LOS CAPRICHOS DEL AZAR: una canción te cambia la tarde.

Una tarde lluviosa, pocas ganas de hacer nada. Casi al azar seleccionas uno de esos Cds que hace tiempo no escuchas. El tiempo pasa y sigues sin tener ganas de nada. Comienzas a ordenar tus cosas, los libros, los papeles, el armario y el Cd sigue sonando, aunque no le prestas demasiada atención hace algo de compañía.

Poco a poco la música te va llegando más y empiezas a tararear primero, a cantar más tarde. De pronto llega una de esas canciones que desde los primeros compases te embarga por completo y te hace perder el extraño ritmo de lo que estabas haciendo. La canción te secuestra de la realidad y te traslada a un onírico lugar. Ya no estás en tu habitación, ni en tu casa, ni en tu ciudad, ni siquiera estás en el mundo. Estás en lugar desconocido pero íntimo, en un lugar del que no te querrías marchar nunca.

Acaban los tres minutos de la canción y como si de un despertador se tratase el ínfimo silencio entre pista y pista te hace caer en la cuenta de lo que te rodea es lo de siempre, todavía tienes en las manos el libro que estabas hojeando hacía tres minutos y que, tras el leve pero intenso intervalo musical, de nuevo adquiere su peso y su tacto primitivos. Pero no quieres renunciar a los minutos de intensa felicidad recién vividos y buscas en el mando de la cadena el botón de retroceso.

El sueño empieza de nuevo, con más fuerza, si cabe y la escena se repite, y todo menos la canción pasa a ocupar un segundo plano. Y así hasta seis o siete veces, y la tarde, aunque todavía gris, plomiza y lluviosa, adquiere tintes de profunda luminosidad.

La canción: el corte número 15 de “Noa Gold”. “ Es caprichoso el azar” compuesta por el gran Joan Manuel Serrat e interpretada a dúo con la inmensa cantante israelí es una de esas canciones que tiene el infinito poder de transportarte allá donde de ninguna otra manera podrías ir. Sólo la profunda sensibilidad de Serrat, en la autoría y en la interpretación, sólo la perfecta compenetración de Noa puede producir un efecto así. Una letra sencilla, una historia quizá real, una orquestación perfecta, unas voces increíbles producen ese extraño efecto que muchos buscan en las drogas.

“Es caprichoso el azar” ayer me llevo a elegir un Cd que sin haberlo pretendido antes me iba a proporcionar una bella, muy bella experiencia que iba a cambiar mi monótona y rutinaria tarde sabática.

No hay comentarios: